Una vez compradas, las trufas frescas, se deben lavar para eliminar la tierra pegada a la corteza
Proceso de lavado de la trufa fresca:
Para eliminar de la trufa cualquier resto de tierra, se lava la trufa bajo un chorro de agua fría, frotando su superficie con un cepillito de cerdas suaves, puede utilizarse un de uñas o un cepillo dental
Una vez limpia, secar bien con papel de cocina
Metodos para conservar la trufa
Si la trufa se va a consumir en pocos días:
Guardarla en un recipiente hermético en la nevera. Pueden incluir en el recipiente, unos huevos, para que al día siguiente, puedan disfrutar de unos huevos trufados
O guardarla dentro de la nevera en una bolsa de tela para que transpire
Para el consumo de larga duración:
envolver la trufa con plástico transparente y guardar en el congelador
Para consumir la trufa
Rallar la trufa ( sin descongelar ), guardando de nuevo en el congelador la trufa restante, para una próxima utilización
Coñac trufado
Introducir la trufa entera o en trozos en un tarro de cristal hermético, y llenar de brandy
En el periodo de un mes, puedes utilizar el coñac trufado en guisos, carnes, pescados, verduras
Aceite trufado
Puede empezar laminando la trufa fresca con un laminador, y meterla en un recipiente de cristal. Llenar a continuación el recipiente con aceite de oliva virgen
Para su consumo, dejar reposar al menos tres horas, para que adquiera el aroma
El aceite trufado se debe conservar en nevera y ha de consumirse en un plazo de veinte días máximo
Utilizar el aceite en pastas, ensaladas, arroces, salsas, huevos fritos y comidas similares